México: Un Santo te Ama.

12 12 2011

Recuerdo con mucho cariño -y nostalgia a la vez- cuando en su última visita a México, tras haber canonizado a Juan Diego, Juan Pablo II nos decía a manera de despedida «Me voy, pero de corazón me quedo». No pude evitar entristecerme al pensar que sería la última vez que visitaría nuestra nación. Ciertamente lo fué, al menos en vida. Mi pensamiento clamaba al unísono y a la distancia junto a aquella multitud reunida en la Plaza de San Pedro la petición unánime de SANTO YA el día de sus exequias.

Beato Juan Pablo II

Y este año 2011 ha sido imborrable para mi, pues para dicha de todos, el Papa Benedicto XVI lo beatificó con toda justicia, y el tiempo para tenerlo en los altares se ha reducido considerablemente. Y esa tristeza que mencioné líneas antes quedó atrás cuando supe que el mismísimo Juan Pablo II, el atleta de Dios, Karol el Grande, El Huracán Wojtyla, El Peregrino de la Paz, Mi Héroe, regresaba a México, ya libre de los sufrimientos que padeció en sus últimos años de pontificado, pero sobre todo, regresa siendo cada vez más Santo.

Es incalculable la inyección de Fe que trajo al corazón de quienes acudieron al encuentro del ahora Beato, del Santo de nuestros días que con su ejemplo y testimonio de vida nos hizo ver que la Santidad es posible, que nos imploraba perder el miedo a abrirle las puertas de nuestro corazón al Amor de Cristo, y cuyo mensaje se ve ratificado hoy en la petición de nuestro Papa Benedicto XVI, quien en la JMJ de Madrid nos pidió no avergonzarnos de Dios, edificarnos en EL y permanecer firmes en nuestra Fe. Sí, la radicalidad Cristiana que necesitamos para afrontar toda esta ola de secularización y las tentaciones mundanas del relativismo y el individualismo que afectan y dicho sea de paso, vacían nuestras vidas.

¿Qué nos queda tras este reencuentro con Juan Pablo II y tras esta invitación que nos hace Benedicto XVI? Uno hablándonos de la Santidad Posible, de acercamiento a Dios, y Otro de edificarse en El y actuar para ser un factor positivo de cambio en este mundo. El compromiso para México queda fuera de toda duda, la visita de sus reliquias son un recordatorio de tantas cosas que nos pidió, como permanecer siempre fieles, no vulnerar la vida en el seno materno, respetar la dignidad de nuestros hermanos indígenas… tantas cosas, tanto por hacer. Es tiempo de poner manos (y almas) a la obra.

Te invito, estimado lector a reflexionar en torno al legado que te dejó Juan Pablo II y qué haras para ser, como él, un hombre Santo y Justo. Te comparto testimonios de algunas personas que amablemente me compartieron la huella que les dejó el Papa que se sentía Mexicano, el Santo que sigue Amando sin cesar a nuestro México:

Fer. Ingeniero en Sistemas.

«Lo vi varias veces y con distintas emociones en cada edad.

La primera vez que lo vi fue en la visita a México en el 1979 tenía 5 años y solo puedo decir que lo recuerdo, recuerdo la emoción que causaba su venida en mi familia y recuerdo muy pocas cosas de cuando tenía esa edad, por lo que creo que esta fue algo que me impresionó bastante.

La segunda vez que lo vi fue en San Juan de los Lagos en 1990, ya estaba yo en Prepa, (16 años) nos reunimos miles de jóvenes. Llevaba ya como 5 años de ir de misiones (empezabamos en secundaria) y fue una emoción muy grande la de conocer al representante de Cristo entre nosotros, recuerdo como al llegar al lugar de la misa nos toco lejos muy lejos del altar y como 4 amigos hicimos lo imposible, burlamos la seguridad, brincamos rejas, nos arrastramos por llegar a él, tan solo para verlo más de cerca…

La tercera vez en el Estadio Azteca… 1999, 25 años. Esta vez fui uno de los afortunados que obtuve una invitación para ir al Estadio Azteca, la verdad antes de recibirla me hubiera dado igual ir o no ir, llegamos a nuestro lugar como a las 9:00 de la mañana y teníamos que esperar todo el día porque él haría su aparición hasta las 6 de la tarde mas o menos… La madurez de esa edad me dio la capacidad de reconocer en el Papa muchas cosas que antes no había notado, ahí fue realmente en donde conocí a Juan Pablo II «El Grande». Lo subieron en un templete al centro del Estadio que estaba a reventar, no solo en las tribunas sino que no cabía nadie mas en la cancha… todos ahí gritándole, echándole porras, etc y él ahí sentado siendo ya un anciano, encendía la fe en nuestros corazones la llama de la fe tan solo con amor, no dijo un discurso como político, ni hizo promesas de campaña pero nos ganó a todos con su humildad y cariño. Su última parte del discurso se dirigió a los jóvenes, (no lo recuerdo, lo estoy consultando en internet) pero el cierre fue muy emotivo cuando dijo: «Contagien la fe y los ideales de vida a todas las gentes del Continente, no con confrontaciones inútiles, sino con el testimonio de la propia vida», dijo el Papa en la exhortación final; «revelen a sus hermanos el rostro divino y humano de Jesucristo, Alfa y Omega, Principio y Fin, el Primero y el Último de toda la creación y de toda la historia, también de la que Ustedes están escribiendo con sus vidas»

Tenía yo 25 años, estaba fuera de la Universidad desde hacían 3 años, tenía un muy buen trabajo, con coche de la empresa y un salario de alto directivo.

Entre las cosas que pasaron en esos años esta fue una de las que sin duda me hicieron pensar que todo aquello que yo había recibido de Dios, mi familia, bienestar, educación, etc. estaba comprometido a compartirlo con alguien que lo necesitara.

Como si Dios escuchara todo esto, me puso en el camino la oportunidad de vivir en Roma (2002-2003), en este periodo vi muchísimas veces a Juan Pablo II, todos los domingos iba a rezar el Angelus a la Plaza de San Pedro a verlo asomarse del balcón, estuve en algunas audiencias, la mas importante cuando se cumplieron 300 años de la presencia de La Salle en Roma, estaba sentado en Primera Fila. En la misa de Navidad también en Primera Fila con mi gran bandera de México, fui a verlo a Asís cuando se reunió con los jefes de las principales religiones del mundo para hablar de la Paz despues de lo del 11/09, fue ahí en Asis donde estuve más cerca tuve que agarrarme del mismo Papamovil para que no me atropellara, me volteo a ver y agitamos las manos como diciendo Adiós. Ahí sabía que él era mi amigo, alguien que me había acompañado en mi vida y me había enseñado que las buenas personas son capaces de transformar el mundo que las rodea, que hay que ser siempre fieles, y que si lo eres en lo poco Dios te dará siempre más.

De ahí en adelante fue para mi, siempre, un gran amigo, mi hermano del alma como dice la canción. Todavía tuve varios encuentros con él, fui a verlo a castelgandolfo, otra vez en primerísima fila, el día que dejé Roma fui a rezar el Ángelus por última vez con él.

Valentina, mi primera hija nació el 8 de enero del 2005y Juan Pablo II murió el 2 de Abril, sentí una pena muy grande un gran vacío había quedado, pensé en mi hija a la cuál le tocaría un mundo sin Juan Pablo II, que pena. Pero también entendí que su gran legado era precisamente el dejarnos sus ganas de vivir, de hacer las cosas, de cambiar el mundo con amor y con nuestra actitud, y que él realmente no se iría de entre nosotros mientras mantuviéramos nuestra lucha sin rendirnos nunca.»

Paulina. Lic. en Desarrollo del capital Humano

» lo vi en el 2002 en la JMJ de Canada, para mi represento un figura muy importante en mi desarrollo como ser humano, cuando lo vi senti mucha paz en mi corazon y muchas ganas de llorar, es simplemente una presencia espiritual que no puedes expresar ni describir pero ha sido uno de los mejores momentos por los que he pasado, su legado es de ejemplo de vida, compromiso y lo mas importante tener presente la Santidad de la cual siempre nos hablaba e impulsaba para edificarla dia a dia con nuestras pequeñas acciones, tambien algo que me marco fue el mensaje que nos dio a los jovenes en esta jornada «ser sal de la tierra y luz del mundo» y muy especial cuando en español nos dijo «jovenes vosotros sois la esperanza de America» el confiaba en que nosotros los Mexicanos no lo defraudaremos y con ayuda de nuestra Madre Maria lograremos todo lo que nos propongamos…»

Paola. Ingeniero Arquitecto

«Recuerdo en 1990 JPII fue a Veracruz y fuimos toda la familia nos quedamos en el hotel Emporio y la vista daba a donde estuvo JPII asi que estuvo super bien por que desde la ventana lo vimos!! Y en otra ocasion fuimos a verlo en el azteca se cantaba la cancion de amigo.. La que va: tu eres mi hermano del alma realmente mi amigo… Esa mera jeje y las porras se oian Juan Pablo hermano ya eres Mexicano y JPII al escuchar esto repitio la porra y dijo que si ya era Mexicano que su corazon le pertenecia a Mexico fue un momento grandioso recuerdo que se me puso la piel de gallina y se me salieron las lagrimas de la emocion volte a ver a mi familia y todos estabamos inundados de emocion y lagrimas al salir y platicar de esto todos deciamos lo mismo parecia que JPII nos hablara a cada uno en particular, recuerdo que le decia a mi mama que JPII me hablaba y me veia a los ojos y ella decia lo mismo.»

Alejandra. Cirujano Dentista.

«De Juan Pablo II recuerdo su don de hacer sentir amadas a las personas, fué un Papa cercano a cada uno de nosotros, una persona muy noble y a quien me he encomendado en situaciones complicadas por las que he atravesado, y siento que él siempre ha estado ahí para ayudarme. Cuando estuve ante sus reliquias, recuerdo que sentía una emoción indescriptible conforme me iba acercando, apenas podia dar cada uno de mis pasos, y me emocionó hasta las lágrimas cuando lo toqué. Sin duda es un hombre Santo que nos dió un maravilloso ejemplo de vida Cristiana.

Ing. Juan Ricardo Solís Mendoza

Twitter: @rsolis83

Email: jonrichie_83@hotmail.com


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